Desde el Primer Congreso de Vida Independiente celebrado en España (Tenerife, 2003), las personas con diversidad funcional vinculadas ideológicamente al Movimiento de Vida Independiente venimos observando que, aun a pesar de las dificultades, de las trabas de todo tipo provenientes de distintos estamentos, la exigencia de libertad y dignidad implícitas en esta filosofía se consolidan lentamente en la conciencia colectiva. Sin embargo, los efectos a medio y largo plazo de una demografía alterada, las crisis económicas cada vez menos espaciadas golpeando a nuestro colectivo, la paulatina privatización y comercialización de los sistemas de servicios sociales –en la que participa el artefacto hegemónico del status quo de la discapacidad–, nos empujan a detenernos y reflexionar. ¿Cuál debe ser el rumbo y las peculiaridades que han de tener las políticas inclusivas y liberadoras para los hombres y mujeres con diversidad funcional?, ¿qué retos y dificultades comprende este viaje inevitable?, ¿existe una similaridad y afinidad en clave europea que dé orientación a este desafío…?
Este Congreso desea ser una pausa necesaria para intentar aportar respuestas a esos interrogantes, para tomar conciencia, liberarnos de patrones de pensamiento ajenos, de congregar propuestas, voluntades, acciones y alternativas. Quiere ser un entorno de reflexión crítica para, desde ésta, ser capaces de esbozar claves de políticas inclusivas tomando como centro y afirmación la autonomía personal y la plena igualdad en derechos civiles. Un ejercicio de respeto a la individualidad y la diversidad humana de la que somos parte.
Puede decirse que el Movimiento de Vida Independiente en España se abre paso a través de las barreras del entramado monolítico de la “discapacidad” desde 2001. Lo hace a través de Internet sobre la plataforma del Foro de Vida Independiente, una agrupación ciudadana, libre y abierta que trata de acoger las inquietudes y expectativas de todos aquellos hombres y mujeres que han optado por hacer inseparables los Derechos Humanos y el activismo social sin jerarquías ni estructuras clientelares. Su dinámica cimentó el que sería el referido primer Congreso de Vida Independiente, pero la propagación de esa ideología, el trabajo cooperativo y en red alcanzó también a la mal llamada Ley de Dependencia con el fin de hacerla permeable a los aires revitalizantes para los derechos de las personas con diversidad funcional, para optar a una vida independiente y en comunidad, para acceder a la asistencia personal… El encierro de activistas en el edificio del IMSERSO en Madrid en 2006 marcó un hito y subrayó que la determinación y la intransigencia ante el control y la merma de la libertad individual y de los derechos civiles, son actitudes que el posterior desarrollo de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ha refrendado hasta el día de hoy.